Salimos desde el hotel hacia el centro de Berna, parqueando cerca al Rathäus (Edificio del ayuntamiento) para caminar por la zona antigua. Después de las fotos en edificio, salimos via Gerechtigkeitsgasse hasta el puente Nydeeggbrücke, (Si, todos los nombres son ilegibles), que es el mejor lugar para ver el río Aare.
En general, la arquitectura del centro de la ciudad es medieval, con calles adoquinadas y muchas fuentes de la época. El puente conecta la ciudad vieja con la parte oriental y se construyó en 1840.
Después de cruzar el puente se ve el Baren Graven (Fosa de los osos) donde están los osos, símbolo de la ciudad desde 1857. Aunque la mayoría estaban hibernando, pudimos ver uno.
De regreso, caminamos por Junkergasse (una calle mas al sur), que lleva a la catedral. Ahí estuvimos sentados en un parque desde donde también se puede ver el río. Aunque se puede subir a la torre, no se puede subir solo ?♂️ por alguna razón estúpida, así que a Daniel se le frustró el plan.
Para el almuerzo descubrimos Ratzkeller Braserie. Un restaurante local, donde solo había suizos. Elena pidió salchicha de ternera (Bratwurst St. Gallen) y Daniel pidió el menú del día, sin entender que era, como para probar algo nuevo.
La salchicha estaba muy buena, y el menú resultó siendo: Sopa de verduras, estofado de carne de res, tocino, champiñones, verduras y puré de papa, y panna-cotta de caramelo. Todo muy bueno. Con la prueba de la panna-cotta, se canceló hasta el año nuevo el veto al azúcar de Daniel, que duró 63 días.
Después de almorzar caminamos hasta Zytglockenturn (Zyt: Hora, Glogge: Campana, Turn: Torre), construído en 1220 y dato curioso, usado como cárcel de mujeres hasta 1405. Tiene también un reloj astronómico y al igual que el reloj de Praga, tiene muñequitos que se mueven a las en punto.
Desafortunadamente llegamos cinco minutos tarde, así que no pudimos verlo andar, pero para eso siempre está youtube.
Seguimos al Bündeshaus (Sede del gobierno), y luego nos encontramos el mercado de Weihnachtsmarkt, donde vimos algunas chucherías, especias y Elena compró un té de camino hacia el Kunsthaus (Museo de la ciudad).
En el museo, vimos algunas cosas de Chagall, Pollock y Dalí pero lo que mas nos gustó, que no habíamos visto antes, fue Ferdinand Hodler, un pintor suizo del s.19.
Saliendo del museo paramos a tomar un café en Café des Pyrenees. Elena pidió algo que se llamaba Minztrum Punsch. Creemos que era una mezcla de Cidra de manzana caliente, con vodka y algo mas.
Para cerrar el día, fuimos al Coop (Supermercado local) a comprar algo (principalmente quesos) para comer y salimos hacia el hotel.
Camino al hotel llegamos a una calle donde de repente salieron unos bolardos del piso en ambos carriles. El carro que venía en dirección contraria esperó un par de minutos y pudo pasar, pero nosotros esperamos casi 10 y no pasó nada.
Después estuvimos leyendo que es un sistema para que la gente no use los barrios residenciales como atajos y los controlan la policía y los residentes de la zona. Al final nos tocó devolvernos y buscar una salida diferente.
Con esa campesinada, cerramos el día.