Día 7 – Amsterdam – La despedida


En nuestro último día en Amsterdam, decidimos tomar un ferry hacia Nord Amsterdam, específicamente al NDSM, un antiguo astillero renovado y convertido en un espacio creativo y cultural.

Antes de tomar el ferry descubrimos otra sede del IHOP neerlandés y decidimos repetir pancakes. Esta vez todas comimos el de manzana y blueberry.

En el ferry. Atrás el A´Dam lookout con los columpios mas altos del mundo y el Eye Filmmuseum.

Ya en NDSM, nos fuimos al museo STRAAT, uno de los museos más grandes del mundo dedicados al street art.

El museo es increíble, no solo por lo grande que es, sino también por el contraste entre el espacio y las obras. Ver este tipo de arte, normalmente tan efímero y lleno de vida callejera, en un lugar tan diferente lo hace aún más especial. Es una experiencia única que, de verdad, recomiendo a cualquiera.

Mis fotos no le hacen justicia.
No podían faltar los artistas valencianos. Aquí Pichiavo.

Salimos del museo con la intención de caminar hacia el restaurante Pllek, una recomendación de nuestra guía de Zaanse Schans.

Hay algo familiar, no estaré ya en Valencia?
Entrando a Pllek, el restaurante.

Después del almuerzo, decidimos volver al centro, caminar y hacer algunas compras que nos faltaban.

Repetición del mercado de las flores donde compré unos cuantos bulbos.

Gratis se escribe en español y en neerlandés. Significa lo mismo. Pero aquí no sé cuando usan esta palabra. Nada es gratis, ni siquiera los baños, que tienen la opción de pago con tarjeta. Gracias a nuestro guía Germán, sabíamos que, escondido en el último piso de un centro comercial elegantísimo, hay un baño 5 estrellas que sorprendentemente SI es gratis. Así que antes de tomar el tren a Bruselas, decidimos hacer parada técnica.

Centro comercial con baño Ggjgjrrrrratis.
Parada Técnica

Después de las compras, nos fuimos de nuevo a la Estación Central para tomar el tren a Bruselas. Terminamos el día despidiéndonos con un waffle, papitas belgas y salchichas y prometiendo que lo repetiremos pronto. Al otro día cada una arrancó para su casa de vuelta a sus esposos, chinos, perros y gatos.

Doei doei. ¡Dankjewel, amigas!

Buscando el tren a Bruselas