Día 13 – Boston

Salimos a las 7 de la mañana de Cape Cod después de tomar unas foticos y descubrimos que como buen gringo, Bob tenía su patio de chatarra detrás de la casa.

Desayunamos en Ihop (International House of Pancakes) camino a Boston y llegamos directamente al apartamento a dejar las maletas antes de devolver el carro. El apartamento queda en el sur de Boston, en un barrio muy bonito, construído antes de 1900 y muy bien mantenido. Como llegamos temprano, y no teníamos entrada sino hasta las 4 de la tarde, tuvimos que dejar las maletas tiradas en el corredor del edificio y echarnos al hombro las chucherías y encargos de más de $10 dólares.

Después de devolver el carro en el aeropuerto, que por cierto debe ser el aeropuerto más cómodo y vacío del mundo, salimos en Metro para el centro.

Llegamos a State St. (la estación de metro) en el Financial District donde dimos una vuelta, buscando el Sendero de la Libertad; una línea de ladrillos que lleva a todos los turistas por los monumentos relevantes a la revolución gringa.

La revolución gringa nos importa más bien poquito, pero seguir el sendero lo obliga a uno a visitar los lugares más bonitos de la ciudad, mientras lo pasea por monumentos a los que no vale la pena entrar, a menos que uno sea gringo.

De resaltar, el Parque Boston Common, donde queda la casa de gobierno del estado, y el Farneuil Hall y los mercados alrededor que son buen lugar para almorzar. (Creemos, porque nos dio hambre antes y nos comimos un sandwich).

Después de esos, el sendero lo lleva a por 4 iglesias que nada que ver, la estatua de Paúl Reevere y los cementerios más viejos del país. (Año 1650 hacia atrás)


Lo más interesante de caminar por la zona, es la arquitectura en general, más no los monumentos en sí.  Uno de ellos es lo que fue supuestamente la casa de Paul Revere, o lo que queda de ella. Dicen que es una casa de 1600 y pico, pero en realidad lo único original que tiene es el 90% de la estructura.  Por dentro es un “museo”, donde pusieron un par de muebles viejos.

El siguiente paso en el sendero es el atravesar el Puente Charlestown, construído en 1900 sobre el río Charles. La experiencia en Brooklyn no había sido muy agradable para Elena, pero por haber significativamente menos gente en esta ruta, hicimos el intento.

Por alguna razón, los puentes gringos cambian el material de construcción en la mitad del camino. En Brooklyn, pasaba de concreto a listones de madera y aquí de concreto a una malla de acero. En ambos casos, se veía el fondo y definitivamente no era nada apto para los que tienen mal de alturas.  Súmenle a esto, que que algún chistín desgraciado escribió en el piso “Área amigable para acrofóbicos”.   Casi no Pasamos.

La siguiente parada que parecía obligada era en el USS Constitution, una fragata de guerra construida en 1797 y ornamentada por el mismísimo Paul Revere. Mala suerte que está en reparación, en muelle seco y lleno de andamios. Foto, cortesía de Google.


Lo mejor de todo el paseo fue llegar al muelle al atardecer y tomar el ferry que nos llevó de vuelta a North Side. Muy bonito.

Para colmo de cansancios, salimos de ahí a caminar por Bay Back; un área de 3 o 4 calles donde están todos los almacenes habidos y por haber y donde fue el atentado terrorista (bombas) del 2013. Curiosamente, los almacenes de barbacoa parecen organizados del más barato al más caro.

Al final del día, llegamos a la casa y encontramos las maletas en el mismo sitio. Técnicamente es un muy buen cuarto de hotel con cocineta, aunque queda en el sexto piso sin ascensor.